¿En tu casa coméis todos lo mismo?

Es un cuñao con todas las letras que, aunque de todo sepa, siempre siempre te pregunta por el punto de la carne, y por eso, se le quiere.

Es sabia y lo sabe. No intentes adivinar su edad, es un secreto muy bien custodiado.

Un corte suyo te dejará como el mejor sashimi fresco.

Un ojo en oriente, otro en occidente y en medio: un eterno adolescente.

El millenial de la familia. Va a hacer la compra, pero nunca sin su totebag y su monopatín.

No te enamores de ella; esta mamma, como sus raciones, son demasiado para ti.

La fusión perfecta entre Sofía Loren y Amy Winehouse, mamma pero sexy, moderna ahora y también en los 70.

Ser un macho alfa no está reñido con saber dónde está lo bueno.

Fuerte pero sensible. Un Brad Pitt con todos sus años, muy bien llevados.

Foody, gourmet y sibarita.

Mujer hecha a sí misma a fuego lento, como las buenas croquetas.

La tía más guay de la familia sin duda.

Es tu comodín eterno de la llamada, se apunta a todo, desde huelgas a paellas.

Es la descripción gráfica de ser un culillo de mal asiento.

Entusiasta como la que más, mantiene a raya el colesterol de toda la familia.

Es fuerte y decidido como un Dry Martini, exótico como un Daiquiry y más amable que una Mimosa.

El que demuestra que los últimos serán los primeros, lleva poco en la familia y ya le adoras.